Veinticinco grandes libros que no son gruesos libros.
Estamos buscando aquel pequeño libro de no más de 200 páginas que logró inquietaarnos, sorprendernos y dejarnos fuera de juego. Aquel libro del que dije «¡Vaya libro!, ha pasado el tiempo y he leído otras cosas pero aquél me pareció enorme». Seguramente coincidimos en muchos porque han marcado su época, y se ha leído y hablado mucho sobre ellos. Pero quizás hay otros que hemos descubierto y nos ha impactado. Queremos compartir estos buenos, y breves, ratos de lectura, y dar a conocer estas tartarinescas aventuras de lectura con la que hemos disfrutado de tantos mundos sin movernos de casa.
Vamos a compartir la experiencia personal para sugerirnos otros libros y otros mundos, de modo que no sólo nos va a venir bien a nosotros sino también incluso al alumnado que se inicia en el conocimiento de la literatura.
Y voy a comenzar con El lector, una novelita realmente impresionante. Es una del nazismo, pero no tanto de nazis y sus maldades abominables, sino del tema de la culpa y el recuerdo en la atribulada sociedad alemana de los años centrales del siglo XX. En el fondo queda el dilema de la culpabilidad y la responsabilidad en el tema del Holocausto, así como del justo castigo a los causantes. Pero también destila la cuestión de la herencia de aquella monstruosidad en las siguientes generaciones. Publicada en Alemania en 1995 por un profesor de leyes y juez, el relato se ha convertido en un fenómeno literario en Alemania y Estados Unidos, donde se convirtió en la primera novela alemana en llegar al primer lugar de la lista de más vendidos del New York Times.
Y además, se lee bien, no tiene muchas páginas y es admirable.
03/03/2018 a las 5:08 pm
Yo también lo he leído.
Primero vi la película, que me gustó mucho. Y ahora, al ver la reseña, he leído el libro, que me ha gustado más, porque permite prolongar el placer más allá de las dos horas de la pantalla.
Se lee de un tirón, aunque se sepa el final. Yo lo he leído con ansiedad, incluso mientras comía, porque la historia me atrapó.
Habla de la culpa, de la de ella y de la de él, pero también de soledad y de la lectura, del inmenso poder sanador de los libros. Y de la fuerza de los sentimientos de la adolescencia, que tantas veces molestan cuando nos volvemos adultos.
01/12/2021 a las 12:41 pm
A mí también me encantó. En mi caso vi la película tras leer la novela. Me encanta también encontrarme aquí, por casualidad, un comentario de María Jesús Zabalza, a la que desde donde estoy sentada, se añora.