La Guerra No Tiene Rostro De Mujer

Crítica en El País

En el ínterin del Nobel de Literatura, que este año no habemus por tema de acoso y abusos, pensamos entonces en la literatura que hemos conocido gracias al galardón. Están,  claro, los que nunca lo recibieron (de Borges a Updike), contrapesados por aquellos que sí y han sido o fueron ya olvidados (voy a atreverme a citar a Sartre, que -como lo rechazó- no pasa nada). Algunos eran conocidos y los valoramos bien o mal, pero otros aparecieron de golpe,  quizás para desaparecer raudo pero también para quedarse entre nuestras lecturas apetecidas (Singer, Coetzee). Y entre estos, Svetlana Alexiévich (2015).

He leído que Alexiévich no hace literatura, entonces quizás lo suyo sea crónica periodística, sociología o antropología cultural. No estoy de acuerdo: en todo caso no hace ficción pues lo suyo es pura realidad sacada de las voces de sus protagonistas anónimos aunque con nombres y apellidos. Es una narrativa a base de voces entrechocadas y apenas audibles que construyen el relato, relato atroz la mayor parte de las veces. La selección y juntura de los  documentos vivenciales que ha ido recopilando, es la obra de la autora: como Picasso inventó el collage e hizo arte de objetos cotidianos enlazados por mano maestra, así Alexiévich, considerada periodista de la descomposición de la URSS, ha hecho una gran literatura que vamos conociendo, a base de retazos de experiencias vitales recogidas entre  los recuerdos de sus protagonistas

El resultado es grandioso, se llame crónica periodística (con cierto matiz peyorativo) o relato coral de dramas entresacados del oasis de paz, seguridad y socialismo en la extinta Unión Soviética. En el primer caso (periodismo social o así), el papel de la escritora debiera ser menor y tal vez no merecedor de tan alto galardón; a fin de cuenta su trabajo es encender o parar la grabadora y recoger los testimonios por escrito. Pero creo que su actividad recopiladora y creadora va más allá, y ahí el papel de una escritora que trabaja con trozos  de meras vidas padecidas en el silencio del anonimato. Escucha, recoge, selecciona, , subraya, dirige el foco a una u otras palabras, recuerda un detalle del escenario o el titubeo del actor-narrador. Es decir, compone una obra y hace literatura, muy buena literatura.

La Biblioteca del Valle dispone de varios de los libros más representativos de la autora que surgió del frío, y siempre es buen momentos para llevarlos ante nuestros ojos.

voces de chernóbil-svetlena alexievich-9788499926261ultimos testigos-svetlana aleksievich-9788499926612los muchachos de zinc-svetlena alexievich-9788499926292el fin del homo sovieticus-svetlana aleksievich-9788416011841

 

Postdata.- Publicado este comentario, aparece una entrevista en El Mundo de gran interés para el conocimiento de esta autora, y a él nos remitimos.