Una visión británica.
Jonathan Coe puede ser considerado uno de los miembros más conspicuos de la nueva narrativa británica, esa corriente o así en la que cabe incluir al Nobel de Literatura 2017 Kazuo Ishiguro, cuya cargante y correctísima forma de narrar en círculos descriptivos atosigantes e inacabables tanto molesta a algún lector, y de quien tendremos que hablar alguna vez, pero en otra ocasión. Hay otros grandes como Ian McEwan, Graham Swift, Julian Barnes, Martin Amis, William Boyd y también John Banville. Ellos son los rusos del siglo XXI: enormes novelistas que dejan suspendidas nuestras horas en esa atmósfera tan británica y tan cercana, lo cual es raro y difícil de compaginar.
Pero ahora quiero hablar sólo de Coe, con media docena de libros realmente inquietantes. Aunque en su narrativa quedamos acostumbrados a un cierto tono irónico-sarcástico-satírico muy británico (y esdrújulo, añadiría yo), en La lluvia antes de caer nos sorprende de nuevo elaborando una obrita maestra de tono tenso y dramático: ahí está. Yo encontré a Coe con una bilogía (¿se dice así o suena mal?), aquella de carácter generacional (que casí la hago mía, a pesar de que los chicos del relato son algo mayores que yo y terriblemente británicos, además, que no es el caso) que habla de los años grises ingleses (años ochenta): se trata de El club de los canallas y El círculo cerrado. Son dos de esos libros que se leen tan a gusto y en casita, ideales para este tiempo, por ejemplo.
Respecto a Menudo reparto, me quedo con esta reseña de Lecturalia: «Imaginemos que Charles Dickens, Evelyn Waugh y Agatha Christie, de alguna milagrosa manera, hubieran planeado escribir una novela a seis manos: el resultado habría podido ser esta novela que nos introduce en el ámbito de la más poderosa familia de Inglaterra, y desde luego la más canalla». Casi nada, y muy divertido, además.
Hay más, claro. Pero ahora quiero centrarme en algunos libros que no he leído y que, tal vez, me esperan. Y como están sin leer, me fijo en la contraportada para tratar de hacerme de una idea sobre lo que hay dentro; de La espantosa intimidad de Maxwell Sim se dice «¡Genial!… Lo tiene todo. Buenísima, apasionante, divertida, cínica, tierna, única; el final es deslumbrante» (Javier Puebla, Cambio 16); y de Expo 58: «La novela que habría escrito Graham Greene si hubiera leído más de la cuenta a un Evelyn Waugh poderosamente nostálgico» (Laura Fernández, El Mundo). ¿Qué más se puede añadir? Ah, sí; de El número once ha dicho la crítica «Una novela que se disfruta, con una trama rica en matices y que invita a reflexionar» (Suzi Feay, Financial Times). Habrá qué leerlas, entonces.
(Reseñas de las obras en http://elplacerdelalectura.com/ .- Haz clic sobre el libro para leer el comentario)
01/03/2018 a las 8:14 am
Muy convincente la reseña. Lo leeré, porque me gusta lo que dices de Ishiguro, cuya obra «Nunca me abandones» me resultó sobrecogedora. Así que me fío de tu opinión.