El sol de los Scorta

Comentario crítico de Ojos de papel

“El calor del sol parecía hender la tierra. Ni un soplo de brisa estremecía los olivos.Todo estaba inmóvil. El aroma de las colinas se había desvanecido y la piedra gemía de calor. El mes de agosto pesaba sobre el macizo del Gargano con la seguridad de unseñor Parecía imposible que en aquellas tierras hubiera llovido alguna vez, que el agua hubiera regado los campos y aliviado la sed de los olivos. Parecía imposible que bajo aquel cielo seco alguna vida animal o vegetal hubiera encontrado algo para sustentarse. Eran las dos de la tarde y la tierra estaba condenada a arder.

Un asno avanzaba despacio por un sendero polvoriento. Seguía las curvas del camino con resignación. Nada podía con su tozudez. Ni el aire que le abrasaba los pulmones ni las puntiagudas piedras que le destrozaban los cascos. Avanzaba. Y su jinete semejaba una sombra condenada a un antiguo castigo. Aturdido por el calor, no se movía. Dejaba a su montura la tarea de conducir a ambos al final de aquel viaje. El animal cumplía su cometido con una voluntad sorda que desafiaba al sol. Lentamente, metro a metro, sin fuerzas ya para avivar el paso, devoraba kilómetros. Y su amo murmuraba entre dientes palabras que se evaporaban en el calor:

-Nada me detendrá… El sol ya puede matar todos los lagartos de las colinas pero yo resistiré. Llevo demasiado tiempo esperando… La tierra puede crepitar y mi pelo arder, pero me he puesto en camino y llegaré hasta el final.”

Así comienza El sol de los Scorta de Laurent Gaudé, Premio de los Libreros de Francia de 2003 y Premio Goncourt del año 2004. El sol de los Scorta es la historia de una saga, la de los Scorta. Desde finales del siglo XIX hasta el presente, varias generaciones de una misma familia encaran afrentas y desafíos en el pequeño pueblo de Montepuccio entre colinas y olivares calcinados por un sol inmisericorde. A este pueblo llega un hombre que ha estado en la cárcel muchos años y lo hace para poseer a la mujer que le ha obsesionado tantas noches. De esta unión nacerá Rocco Scorta Malcazone y con él una estirpe condenada a la deshonra y el oprobio.

El sol de los Scorta es una novela que abarca generaciones y lo hace en poco más de doscientas páginas. Para hacer eso se necesita no sólo mucha rapidez sino también mucha fuerza. Y la tiene en cada palabra, no hay más que leer su comienzo. Narrada a dos voces, el narrador habitual y uno de los personajes, Carmela, nos relata las relaciones familiares y el afán por superarse y salir de la pobreza: “para no ser simples animales que viven y mueren”.

Es una historia dura, la de varias generaciones, en las que nos encontramos saltos temporales para los que hay que ir prevenidos. Una novela que sin ser trepidante va suscitando el interés del lector por el día a día de unos personajes que no consiguen evolucionar, como si el sol también les hubiera dejado resecos a ellos. Un libro de orgullo, linaje, tierra, calor, hambre…

(María José Esteban)